Decíamos ayer:
He de indicar que me encantaría trabajar en un proyecto relacionado con la minimización del consumo de agua en una industria. La industria del papel, mi especialidad, utiliza más agua para producir una tonelada de producto que cualquier otra industria.
Escribí un artículo didáctico sobre cómo pueden aplicarse las técnicas de Water Pinch (resulta increíble e imperdonable que el libro de Mann y Liu, todo un referente, no haya sido reeditado ni traducido al español) a una planta de blanqueo, pero sigo sin noticias de la revista. De todas formas, no descubría nada nuevo: mediante la reutilización y un diseño inteligente, la cantidad de agua empleada para blanquear una tonelada de pasta ha pasado de 100.000 litros a, en el caso concreto de la fábrica de papel de International Paper en Franklin, 11.400 litros.
Entre medias, he pasado seis días en Londres y no ha llovido una sola jornada. Ya hay que tener suerte para que en un mismo mes te llueva en Sevilla y no en Londres. Se podría decir que, aunque yo estuve de vacaciones, la troposfera estuvo sometida a bastante presión, >>insert laugh (porque era un anticiclón y tal, que tengo que explicar hasta los chistes meteorológicos).
A lo que íbamos: de cien mil a diez mil litros en la actividad que consume más agua de la industria que consume más agua.