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Bienvenido/a a Herencia Sostenible.

Echa un vistazo a las últimas entradas.

  • Difusión de la «ecoinnovación» y del avance de la investigación en materia ambiental, incluyendo técnicas más limpias y materias primas alternativas (etiqueta TÉCNICAS).
  • Defensa de una sociedad abierta, tolerante, libre y sostenible. Esto requiere legislación en parte, pero solamente en una pequeña parte. Se trata, fundamentalmente, de avanzar hacia una cultura de la sostenibilidad (etiqueta SOCIEDAD). Desde el modo de planificación familiar hasta evitar coger el coche excepto en caso de necesidad, pasando por cambiar de pasta de dientes.
  • Información con datos organizados por mí y/o consultados en otros sitios web, frecuentemente el del Instituto Nacional de Estadística (etiqueta DATOS).
  • Denuncia de la precaria situación de la investigación y la transferencia de la misma en el panorama actual, principalmente en España (etiqueta INVESTIGACIÓN).
  • Escritos relacionados con la pequeña carrera personal del autor (en adelante, yo) en la narrativa. Hay una probabilidad bastante alta de que exista un universo donde yo sea un novelista de éxito. Y, con una probabilidad cercana al 100%, en ese universo tiene gracia lo que escribo (etiqueta FICCIÓN).

Esto último es particularmente importante a la hora de combatir problemas ambientales con un fuerte desfase entre la causa y la percepción de la consecuencia, como el cambio climático o la escasez de agua. A diferencia de otros problemas parcialmente superados (pero, eso sí, que nunca deben perderse de vista), tales como la destrucción de la capa de ozono, no podemos esperar que las innovaciones tecnológicas nos saquen de esta. 800px-GHG_per_capita_2000_no_LUC.svg

Emisiones de gases de efecto invernadero per capita. Autor: Vinny Burgoo. Datos de WRI.

En Carbon Footprint of Nations, Glenn P. Peters y sus colegas nos muestran que, incluso en países del primer mundo con grandes avances en tecnología ambiental y alto grado de compromiso, la huella de carbono aumenta. Ya no es únicamente cuestión de las grandes empresas y los grandes gobiernos. El hecho de vivir en el primer mundo, con un estilo de vida convencional, implica una huella de carbono personal alta. Somos grandes consumidores de energía, grandes productores de residuos. Optar por la sostenibilidad no implica, en absoluto, renunciar a la prosperidad. Ni a la industria. Ni a la cultura. No implica necesariamente un conflicto de intereses. Esos intereses son conciliables. sostenible

La revolución agrícola fue una respuesta adaptativa a la escasez de recursos silvestres, que hasta el momento se resolvía migrando. La agricultura y la ganadería permitían al hombre ser sedentario. Nace la propiedad de la tierra. Nace la riqueza. La condición social, el comercio (gracias al excedente), el dinero, el poder. La Revolución Industrial sucedió por razones logísticas. Rápidamente se hizo viable la utilización del carbón en sustitución de la madera. Las máquinas sustituyeron a la tierra como principal medio de producción. El feudalismo dio paso al capitalismo. La mentalidad de la gente cambió tremendamente. Acumular, ganar dinero, intercambiar mercancías, instrumentalización.

La revolución de la sostenibilidad cambiará los cimientos de las relaciones humanas, las instituciones, la cultura y la mentalidad de todos, tal como lo hicieron las otras dos grandes revoluciones. No va a surgir de dictámenes gubernamentales, de un individuo o grupo concreto, sino de la decisión de miles de millones de personas. Una visión consiste en imaginar lo que uno realmente quiere, sin presiones que le impulsen a querer otras cosas y sin miedos que califiquen esa visión de ilusa. La visión debe guiar la acción. Cuando la visión es compartida por muchos, por millones, verdaderamente puede crear nuevos sistemas. Nuestra visión puede ser, por ejemplo: sostenibilidad, suficiencia, seguridad, igualdad de derechos, dignidad, dirigentes honrados, técnicas eficientes, razones para vivir que no necesiten de la acumulación de bienes materiales. Los países subdesarrollados realmente necesitan redes de comunicación, internet, telefonía, para que el mundo comprenda sus necesidades y escuche sus adaptaciones. Verdad y transparencia. Abundan las mentiras deliberadas para producir una situación más cómoda (tanto por la comodidad de quien habla como por la de quien escucha).

La sociedad del futuro es una sociedad de personas valientes, que quieren afrontar la verdad en todos los niveles y tienen derecho a hacerlo. Aprender implica la voluntad de ir paso a paso, experimentar y recopilar información sobre los efectos. Valorar errores y novedades. No llegar a decir: Soy demasiado mayor para aprender, o A mí nadie me va a cambiar ya. Una revolución sostenible exige que cada persona actúe como un dirigente que aprenda en algún nivel: la familia, la comunidad, el país, el mundo. En el sistema político actual, los dirigentes no quieren aprender ni creen necesitarlo. Decía Descartes: Nada hay mejor repartido en el mundo que la razón: todo el mundo está convencido de tener suficiente. Actualmente, estamos rodeados de tanta información, de forma tan abrumadora, que cada día nos recuerda lo ignorantes que somos. Estemos dispuestos a aprender, pues, de otros ignorantes. Y esto está ligado con la tolerancia y el respeto. Citando a un pensador más reciente, Popper: Creo que tengo razón, pero yo puedo estar equivocado y ser usted quien tenga la razón; en todo caso discutámoslo, pues de esta manera es más probable que nos acerquemos a una verdadera comprensión que si meramente insistimos los dos en tener la razón.

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Blog del Dr. Roberto Aguado: ing. químico, novelista amateur, divulgador amateur, opinante amateur

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