According to Henry Kissinger, ninety percent of the politicians give the other ten percent a bad reputation. Likewise, bad Nobel Peace Prize winners sully the award itself, with Henry Kissinger being one of them. May I remind the reader that Gandhi, for instance, was never awarded?
In no way did I expect the International Campaign to Abolish Nuclear Weapons (ICAN) to win the prize. And it was nothing but deserved. Most journalists were keen to wager on Pope Francis, on the UN high commission for refugees, on the Saudi blogger Raif Badawi, on the Iranian foreign minister, or on ACLU, which would surely have annoyed Trump. Speaking of Trump, both he and Putin were nominated for the recognition, but that was already too much of a joke. It is only honest to admit that any of the aforementioned candidates, except for that pair of blond demagogues, could have been a good choice. Nevertheless, ICAN enchanted me three years ago, when I started supporting the campaign and included a permanent link in this blog. Seguir leyendo My words of gratitude to ICAN
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Los 38 del No
Una guerra nuclear no puede ser ganada y nunca debe ser luchada. La única utilidad de que nuestras dos naciones posean armas nucleares es asegurar que ninguna las usará contra la otra. Pero, entonces… ¿no sería mejor deshacerse de ellas completamente?
Esto no lo dijo Ralph Nader. No lo dijo Noam Chomsky. Esto lo dijo Ronald Reagan en 1984. Y, por si no quedaba claro, también esto:
Buscamos la eliminación total de las armas nucleares sobre la faz de la Tierra.
Quiero creer que lo dijo con sinceridad, aunque Reagan demostró tras ganar las Elecciones que no era tan mal actor como muchos pensaban.
Pero fue hace mucho y las cosas han cambiado, ¿verdad? Ahora, el terrible Kim Jong Un lidera una potencia a cuyo lado la Unión Soviética parece San Marino. Por fortuna, el valiente presidente Obama, este mismo año, no se achantó e insistió en hacer méritos para que algún día le den el Premio Nobel de la Paz y… Oh, wait.
En aquellas naciones, como la mía, que poseen arsenales nucleares, debemos tener valor para escapar la lógica del miedo y perseguir un mundo sin ellos.
Barack Obama en Hiroshima, estrechando la mano del primer ministro japonés, Shinzo Abe.
Con discursos tan bellos y sensatos al mismo tiempo, ¿qué más se puede pedir al gobierno federal estadounidense? Bueno, algún detallito, algún bonito gesto de vez en cuando… no estaría mal. Por ejemplo, no votar NO cuando se somete a sufragio la cuestión de un tratado internacional para prohibir las armas nucleares.
Imagino que eso era pedir demasiado.
La encrucijada nuclear
El referéndum celebrado en Escocia el pasado jueves fue todo un ejemplo de participación electoral: más del 85%. Ojalá otras consultas lleguen a ser consideradas igual de importantes. El hecho de que resultara ganadora la opción unionista ahorró quebraderos de cabeza a Londres, pero eso no significa que los dilemas hayan desaparecido. Al fin y al cabo, el gobierno de Cameron, ante la persuasión independentista de Salmond (que dimite), había prometido más poderes y competencias para el parlamento de Escocia. Y para Gales, para Irlanda del Norte y para Inglaterra, claro. En definitiva, parece claro que se va a plantear y negociar el viraje del Reino Unido hacia un modelo más… federal.
Me gustaría hablar aquí de una de las disensiones más curiosas entre el gobierno británico central y el SNP (Scotland National Party), en el gobierno de Escocia. Mientras que el gobierno central apuesta firmemente por la energía nuclear, los dirigentes escoceses son detractores de la misma, no aprueban la instalación de nuevos reactores y son partidarios de avanzar hacia una Escocia nuclear-free. Ello en un país, Escocia, cuyo consumo eléctrico viene suministrado por dos centrales nucleares de Big Six en nada menos que un 46%.
Central nuclear en el suroeste de Escocia, Chapelcross.
En una Europa que, siempre con la excepción de la muy nuclear Francia y alguna otra, parece negada a la ampliación de la energía nuclear (Alemania, p. ej.), el gobierno de Cameron fue el responsable de un acuerdo con EDF para construir la primera central nuclear en… ¡nada menos que 20 años! En palabras de David Cameron:
…[P]roveerá miles de trabajos y proveerá un suministro de electricidad seguro y duradero durante mucho, mucho tiempo.
(La traducción es mía.)
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